De España a Mongolia en Moto

Grandes viajes y aventuras por el continente Asiatico

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De España a Mongolia en Moto

Notapor Juan P el Jue Ene 26, 2012 9:48 pm

Os dejo la crónica del viaje a Mongolia de equipo Mosquito y Kame House en el Rally Mongol 2010.
Si necesitais datos solo teneis que pedirlos.

El verano del 2010, Manuel Medina (gaditano) y Ati Rodríguez (madrileño) se convirtieron en los segundos españoles que completar con éxito la totalidad del recorrido del Mongol Rally.
Ya en el 2007 lo hizo otro equipo “Atopocu Two”, en una vespa de 200cc tardando 56 días.
En esta ocasión Manuel (equipo “Mosquito) llevaba una XT de 125cc y Ati (equipo “Kame House”) una TW de 200cc

Para quienes no sepáis que es el Mongol Rally (MR), es muy sencillo: coches y motos de baja cilindrada, tres salidas simultáneas desde Londres, Milán y Barcelona, sin apoyo, sin ruta preestablecida, sin GPS, sin limite de tiempo y con un fin, llegar a Ulan Bator, la capital del Mongolia. Un recorrido de casi 14.000 km en los que los participantes deben atravesar entre otras cosas, las cadenas montañosas de Altai y parte del desierto de kazajstán y Gobi. Todo esto conun único fin, recaudar fondos para una ong y en la meta donar los vehículos que son reparados y subastados para sacar dinero para distintas ONG, que ayudan a que las mujeres y niños del país, tengan acceso a una educación, un oficio y no hagan su vida en las calles.

Esto es un resumen de la historia de su aventura, en la página del equipo Mosquito www.mongolrallymosquito.es.tl podréis ver la historia completa, con la galería de videos y fotos.



Manuel y yo no nos conocíamos de nada, solo habíamos hablado un par de veces por teléfono ya que sabíamos de la participación del uno y otro. Ninguno de los dos teníamos conocimientos de mecánica y Manuel solo tenía un año de carnet de moto, así que por seguridad, decidimos hacer el viaje juntos.

Cuando llegamos el día 24 a tomar la salida, casi todos los participantes eran coches de varias nacionalidades España, EEUU, Portugal, Canadá, Italia... Había también 2-3 ambulancias y otra moto más. Según entramos al recinto lo único que oíamos eran aplausos, bocinas y gente animándonos. Entre todo este ruido que causo nuestra entrada y con el casco puesto oí dos comentarios que me hicieron darme cuenta de en lo que estábamos a punto de embarcar, “que locos están” y “vaya par de huevos que tienen…..

De la salida y por Europa, realmente hay poco mas que contar todo son autopistas, solo se conduce. Nuestra velocidad media es de 80Km/h. Simplemente como anécdota el tercer día de viaje, desayunamos en Italia, comimos en Austria y cenamos en Veszprem (Hungría). Este fue un día muy duro, 739km encima de la moto y 14 horas montando, los últimos 90km noche cerrada y con lluvia. Además de que las luces de unas motos pequeñas con 6 años de antigüedad cada una, no es que alumbren mucho. Llevamos 2 días y medio montando y hemos recorrido 1.941km en esta 125

La verdadera diversión comenzó en Ucrania…..

Llegamos a la frontera de Ucrania sobre las 16.00 horas después de haber estado todo el día lloviendo. Cuando llevas 8 horas encima de la moto lloviendo con ganas, nada es impermeable, nada. En la frontera no nos pusieron muchas problemas, no requiere visado Ucrania, simplemente rellanamos unos papeles bajo la lluvia, nos pusieron un par de sellos y a tirar millas. Los papeles que te dan a rellenar (datos, motivo del viaje, etc), están hechos del mismo material que el papel de wáter que se utiliza en el país, una especie de celulosa de papel reciclada y aunque resulte increíble, elástico. Al estar empapados decidimos dejarlo por hoy y buscar alojamiento. El primero que encontramos fue un “hotel” cuyas habitaciones parecían de un puticlub.

Día siguiente, a los pocos kilómetros, primera parada del día. Nada más entrar en un pueblo, nos encontramos a 5 policías cruzados en la calle para pararnos (bueno, más bien nos asaltan, les faltó tirarnos una red). Comienzan a hablarnos todos a la vez inventándose cada uno su “infracción” particular (exceso velocidad, pisamos línea continua, etc), viendo que no nos enteramos de lo que nos quieren explicar, nos llevan a la comisaría que está justo enfrente... que casualidad. Nos retiran la documentación personal y de la moto. A los 10 minutos de estar los polis hablando, sin entender absolutamente nada de lo que decían, uno de ellos levanta la mano y hace en gesto internacional de dinero, frota el dedo pulgar con el índice y el corazón. Les digo que no hay dinero, por lo que escriben “ВАНК” en un papel. Decimos que “no bahk” a lo que cogen y guardan en un cajón con llave nuestra documentación y vuelven a decir “ВАНК”. Supongo que ya algo de malas, por el tiempo que estábamos perdiendo, me debió cambiar la cara y dije “de malas” “no bank” y muy levemente empuje una carpeta que tenían y…la que se montó…los polis empezaron a alzar la voz, poniéndose rojos, todos con su cara de boxeador, pelo rapado y ojos azules, fueron al cajón donde habían guardado nuestra documentación, abrieron uno de los pasaportes y con unas tijeras hicieron el amago de cortarlo a la vez que repetían la dichosa palabra de “Bahk”. Viendo esto, personalmente me entro congoja (por no decir otra cosa) y entré al trapo discutiendo el precio de “la multa”. Empezando por 100 euros, al final lo dejamos en 50 euros.
Después de hacer nuestra aportación a la Ong “Policías sin fronteras” todos tan amigos, choques de mano, abrazos y a la calle.

Una hora después, accidente en la carretera, un policía hace una señal que interpreto como adelante, pero que en realidad es “detente”. Manuel me sigue por solidaridad pero en ese momento es cuando uno se da cuenta que una moto de 125, cargada de trastos y cuesta arriba no corre además de que 50m mas adelante había otro poli que oyendo los gritos del anterior nos para. Motos a la cuneta, retirada de documentación, nos llevan al coche patrulla y nos encierran dentro.

A los 5 minutos viene el poli con las esposas en la mano y empieza a decir algo de si “oficial” o “no “oficial”….obviamente “no oficial” ya que no sabemos las repercusiones que puede tener una “oficial” y la “no oficial” es mas barata. Total, que 10 minutos mas discutiendo y a pagar… Después de esta “experiencia”, mi compañero de viaje y yo tomamos la decisión de no soltar un euro más, si nos paran, que nos encierren si quieren, pero aquí no se suelta mas dinero.

Como no hay dos sin tres, después de comer cayó la tercera parada, donde decidí no abrir la boca y se encargó de ello Manuel. Esto fue lo que pasó, la conversación no tiene desperdicio:

Policía: Bla bla bla bla bla (ucraniano)
Manuel: Español..!! Spanish..!!
Policía: Bla bla bla bla bla (ucraniano)
Manuel: Spain!! Kiev!! Kiev..!! (señalando hacia delante
gritándole que vamos a Kiev)
Policía: Document..!! (y le hace señas para que apague el
contacto de la moto)
Manuel: Aaahhh, ok.... (apaga el motor, se baja de la moto, se
quita la mochila y le saca los papeles con mucha
tranquilidad y parsimonia)

El policía los ve, saca un bolígrafo, se pinta en la mano un disco de 50 y al lado uno de 52 y nos explica nuestra infracción (parece ser que el límite es 50 e íbamos a 52, calculado todo esto a ojo, claro está)

Manuel: Aaahhh, Kiev a 52 km? Ok!!
Policía: Noooo, Nooo!! (me vuelve a explicar el dibujo)
Manuel: Yes, ok, ok!!... Kiev 52 km, thank you!!
Policía: Noooo!!

Se lo explica 4 veces pintándose los discos en la mano, pero a estas alturas Manuel ya se ha convertido en tonto del todo, sigo con lo suyo.

Policía: El muchacho ya le cambia de cara y del tirón
dice: MONEY..!!
Manuel: Money? Where is Money? Le saca el mapa para
que señale donde está “Money” y le vuelve a decir que
vamos a Kiev, no a “money”
Police: No, nooo.... , Euro... Euro..!! (gritando)
Manuel: Yeeeeeeees..!! Euro..!! Euroooo…!! European
                 I´m European, E-u-ro-pe-an!! Kiev, voy a Kiev..!!

Que crack, Manuel!! El poli viendo que no iba a sacar nada, nos tira la documentación y nos dice que nos vayamos de mala gana. En estos casos cuanto menos te hagas entender, mejor. Por Kazajstán y Mongolia, la policía nos volvió a parar otras tantas veces, pero esta vez era solo para ver las motos y curiosear.

De Ucrania solo mencionar un par de cosas más. Según vas avanzando parece que vas hacia atrás en el tiempo. Las carreteras siguen asfaltadas, pero ya son igual que en Europa. En las autovías no hay mediana que separe un sentido de la circulación de otro, la gente hace cambios de sentido donde les parece y se incorporan desde el lado contrario, las vacas cruzan a sus anchas, hay casas a pie del autovía, hay pasos de cebra, puestos de fruta, ves muchos carros tirados por burros o caballos, etc.

Siempre intentábamos evitar dormir en una ciudad, así como entrar en ellas, por la facilidad en perderse y la dificultad de salir, pero por el cansancio que llevábamos ya encima después de cinco días a piñón, decidimos parar en Kiev por no decir que por Europa no hicimos turismo. En una de las avenidas estábamos parados para ver que hacíamos y nos pasó un motero ucraniano en un Yamaha XJ1300. Treinta metros mas adelante se para y en sentido prohibido, se vuelve y recorre la distancia que nos separaba. Se quita el casco y empieza a hablarnos en su idioma.

No entendemos nada, pero aquí si nos intentamos hacer entender y le decimos de donde venimos y a donde vamos, que como mola su moto, etc Le preguntamos por un hotel y nos dice que le sigamos. Nos empieza a callejear por Kiev y a los 15 minutos llegamos a una vivienda, su casa. Quería que nos quedásemos con el y meter las motos en su garaje, increíble!
Un tío que no nos conocía de nada estaba dispuesto a dejarnos dormir en su casa y darnos las llaves para entrar y salir a nuestro antojo. Sin embargo un poco por prudencia, agradeciéndoselo de corazón le pedimos que nos indicase donde encontrar alojamiento.

Con la sonrisa en la cara el tío nos llevó a un sitio que el conocía, era como un edificio de oficinas, pero donde había apartamentos pequeños para dormir (mas tarde, pensándolo bien, si nos teníamos que haber quedado con el tío este, al fin y al cabo, parte de hacer una aventura como esta, es dejarse llevar, no?). Descargando las cosas en la entrada del hotel y Manuel se da cuenta de que en su moto le falta el depósito del freno trasero. Los últimos días había estado arrancando la moto a patada por un fallo en el relé de arranque y como el depósito está justo en el recorrido de la patada, pues en algún momento se lo habrá llevado.

Casualidades de la vida que el chaval tiene un amigo que trabajaba para Yamaha Ucrania, lo llamó y vino a ver la moto para mar tarde decirnos que la lleváramos al concesionario. Manuel se fue con él y yo me fui a ver algo de Kiev. Por la noche nos encontramos de nuevo en el hotel y Manuel me contó que le habían puesto nuevo depósito para el freno trasero, le habían cambiado la cadena que estaba en mal estado, y mientras lo habían, le habían invitado a merendar, solo cobrándole la mano de obra! Igual que Yamaha España, que ni siquiera nos dio un adhesivo para la moto.

En Ucrania nos recibió la lluvia y nos despidió el sol con un calor insoportable, haría unos 45ºC. La frontera Ucrania-Rusia tardamos en pasarla 5 horas a pleno sol porque tanto en un lado como en otro nos hicieron descargar la moto por completo e inspeccionaron todo nuestro equipaje. No se que cara tendríamos aún en el lado ucraniano, pero un señor con la camisa desabrochada nos llamo desde su Lada (coche ruso indestructible) y nos dio medio botella de agua congelada! Lastima q a la media hora ya fuese caldo.

En Rusia pasamos por dos ciudades principales Volgogrado y Astracán. A medida que vas recorriendo km, te das cuenta de varias cosas: que hay campos de girasoles inmensos, que todo esta lleno de símbolos que recuerdan a la antigua Unión Soviética, que el agua es más caro que el vodka y que la policía intenta falsificar la velocidad de las cámaras por las que pasas.

Poco a poco sobre la propia moto, vas notando que el terreno cambia. Ya no es el asfalto que había en Europa o Ucrania, ahora ya se bota mas, te vas encontrando muchos pequeños agujeros y grietas y marcas muy pronunciadas de las rodaduras de camiones que han derretido el asfalto. También ves que la gente ha cambiado, ya no son todos blanquitos con los ojos azules, ahora se empieza a ver gente de tez más oscura y los ojos empiezan a achinarse.

En cuanto entras en Kazajstán, el paisaje cambia de forma radical. Ya no hay edificios, solo desierto con vegetación, algún riachuelo y camellos. La carretera es muy divertida, esta llena de agujeros, grietas, piedras, cosa que te hace ir muy pendiente del pilotaje (si es que se puede llamar pilotar una moto de 125cc cargada como la furgoneta de un gitano).

Al atardecer entramos en la ciudad de Atyrau y coincidimos allí con otro equipo del rally, los gaditanos del Cadixplorer, que viajan en coche, decidimos buscar alojamiento juntos en un hotel que hay junto a la carretera, después de discutir un rato el precio de las habitaciones, comienzan los “sucesos absurdos”:

Se nos acerca un hombre en la recepción que resulta ser el dueño del hotel y del local que hay junto a este (una especie de restaurante/billares y bar de copas), nada mas enterarse que somos españoles nos dice: “Don Quijote, Sancho Panza” (lo único que sabe decir en español).
Nos hace señas para que lo acompañemos al local que también quiere que lo veamos. La puerta está custodiada por dos leones de piedra y la estatua de un guerrero a caballo, subimos unas escaleras adornadas con espejos y llegamos a una sala enorme llena de billares.Toda la sala está decorada con armaduras, cascos y armas medievales. Este personaje descuelga uno de los escudos y podemos leer “fabricado en Toledo”. Todos los motivos medievales los había traído de España y al ser españoles, el hombre se dedicó a bajar los escudos y cascos de las paredes para que nos los pusiéramos, así que nos fue probando varios modelitos hasta ver cual nos quedaba mejor para la foto. Ese día nos echamos unas risas, menos mal, porque los siguientes fueron un infierno!

Los primero 100km al salir de Atyrau, fueron más o menos como los que los precedieron. Sin embargo, después de esto, es que ni siquiera con decir que tardamos 9 horas en hacer unos 150km, os podéis hacer una idea de cómo estaba la carretera. Visualizar una carretera hecha hace unos 50 años, bombardeada, soportando temperaturas en invierno de -40ºC y en verano de 48ºC. Tantos socavones había, tan grandes en los que entraba una ambulancia, y rodaduras de macro camiones, que los vehículos habían creado unas pistas paralelas a la carretera para poder “circular” algo mejor. La situación no es nada buena, hace muchísimo calor, no tenemos comida, no hay pueblo cercano y el agua que llevamos no las podemos beber porque esta a mas de 30ºC. Después de un descanso continuamos hasta la primara población (40-50 “casas”) donde compramos algo de beber y comer para luego buscar algún sitio donde acampar. Estamos rotos.

Los siguientes días hasta Aral, fueron muy parecidos. Pistas intransitables y un calor que te quitaba por completo las ganas de comer. Labios cuarteados, la boca llena de polvo y ni siquiera se podía escupir ya que no teníamos saliva. Me acuerdo que uno de estos días, yo creo que hice pis solo una vez en todo el día y Manuel desde que se levantó no lo hizo ni una vez hasta que se fue a la cama. También ese mismo día mientras estábamos ayudando a otro equipo del rally que participaba en coche a salir de la arena, estuvo a punto de desmayarse ya que empezó a ver todo negro, ya estábamos deshidratados y para colmo nos quedamos sin agua. Ya entrada la noche llegamos a Aral, no nos dieron alojamiento en el único hotel que hay en el pueblo (si es que se podía llamar así), la señora con gestos nos explicaba que con tanto polvo en lo alto no entrabamos allí ni de coña. Afortunadamente una señora que pasaba por ahí, nos dio cena y alojamiento en el suelo de una habitación de su casa (rezos incluidos). Nunca un suelo fue tan cómodo!

Después de los días tan malos que llevábamos en Kazajstán, personalmente estaba deseando salir del país. Gracias a Dios las carreteras mejoraron algo, pero otro problema que había que afrontar era la conducción de los kazajos y leer los nombre de los pueblos por los que pasas también es otra aventura, ya que están en una especie de cirílico y nada tiene que ver con los que pone en los mapas.

Tras 9 días en Kazajstán, un país tan grande que no te das cuenta de su inmensidad hasta que lo estas recorriendo, por fin llegamos de nuevo a Rusia. El paisaje vuelve a cambiar mucho. Saliendo de Kazajstán ya se empezaban a ver montañas y verde a lo lejos. Las carreteras son infinitamente mejores y hace mas frío, por la altitud y por lo verde que es todo. Los paisajes son increíbles por la zona de Altai. Montañas nevadas a lo lejos, bosques, ríos fluyendo junto a la carretera, muchísimas atracciones turísticas, deportes de aventura, tiendas de artesanía, etc. La verdad es que se nota que es la zona donde vienen de veraneo los rusos con más poder adquisitivo. Decidimos aflojar el paso ya que quedan pocos kilómetros para la frontera con Mongolia y sabemos que cierra el fin de semana, por lo que decidimos tardar 3 días en recorrer lo que podríamos haber hecho en 2, de no cerrar la frontera. A estas alturas llevamos 24 días de viaje y 10.842km recorridos.

Nuestra última noche en Rusia fue de acampada a unos 70-80km de la frontera con Mongolia. En la frontera era imposible acampar ya que hacia una rasca de mucho cuidado y un viento espectacular. La gente que participaba en coche pudo dormir allí, dentro de los coches, a la espera de que la abriesen al día siguiente y aún así pasaron frío (supongo que esta era una de las ventajas de participar en coche, a parte de que si llueve no te mojas, si tienes frío pones la cale, puedes escuchar música, llevar comida y bebida, turnarse para conducir y sobre todo, pasar de 80 km/h!, pero quien quiere todo este lujo, pudiendo hacerlo en moto?).

Esa noche acampamos con dos equipos de coches unos australianos y un ingles y nos invitaron a cenar un plato de pasta recién hecha con tomate, maíz, cebolla, judías verdes, un poco de todo. Riquísimo. Luego cada mochuelo a su olivo. Lentamente voy cogiendo el sueño pero por la lluvia y el viento tan fuerte que hace fuera, la tienda se mueve como una bandera en Tarifa, menos mal que la he tensado todo lo que he podido y he fijado la moto.

El saco (que es de “marca”) dice que aguanta hasta -9º... ¡¡ni de coña!!, en mitad de la noche tengo que ponerme la ropa térmica, los pantalones y el forro polar, me estoy helando. Amanece un nuevo y soleado día, aunque me he levantado con el cuerpo un poco cortado del frío de anoche, pregunto a Ati que tal ha dormido y también se ve que ha pasado frío y si...su saco también es de marca (no diremos las marcas para no tirarlas por los suelos, pero tela, tela).

Ya en la frontera (09.30 de la mañana) hay varios equipos de todas las nacionalidades. Ahí conocimos a los chicos del Sambori, 3 chavales valencianos, Rafa, Alex y Pedro que participaban en una ambulancia amarilla chillona muy chula y con los que forjamos una amistad muy sólida (coincidimos con ellos para acampar varias noches siguientes, y una de ellas nos invitaron a una cena que supo a gloria, fabada de bote y una ensalada improvisada! De postre sacamos algo de chocolate y un poquito de güisqui de una petaca que me dio me amigo Marcos). Comienza el papeleo mientras llegan las nubes y comienza a llover suavemente. La gente se mete en los coches y nosotros nos ponemos los cascos para aguantar el chaparrón. Aprieta algo más y comienza a granizar como garbanzos. Menos mal que los Sambori nos hicieron un hueco en su ambulancia.

Los vehículos pasan la frontera con cuenta gotas, mientras llueve y deja de llover. A todo esto había muchos vehículos de gente local que se colaba para pasar antes. Así pasó, que llegamos la frontera a las 09.30 de la mañana y conseguimos pasar los penúltimos a las 17.30 ya que esta frontera cierra a diario. Los últimos fueron 3 italianos en BMW Adventure (no participaban en el MR), que nos miraron con cara de asombro al ver nuestra motos y una vez les dijimos lo que hacíamos, nos preguntaron si era una penitencia…cachondos. (Entre la frontera rusa y la mongola hay 20km de tierra de nadie, en los que es mejor rezar para que no te pase nada, ya que si te pasa a Rusia no puedes volver por falta de visados y a Mongolia no llegas empujando el vehiculo ya que es todo cuesta arriba). Ya en el lado de Mongolia, nos retiran la documentación y nos hacen meter las motos junto al resto de vehículos que habían pasado mucho antes que nosotros, en una aparcamiento y nos permitían cruzar la frontera “como ilegales” para buscar alojamiento y comida en el pueblo justo al otro lado. Saben que no te vas a ir a ningún lado sin tu pasaporte, así que…

Después de pasar la noche en una casa de acogida, nos dirigimos a intentar que nos devuelvan nuestros papeles. Son las 08.30, hace un frío de impresión (aquí no aguanté mas y me puse los térmicos), estamos a 2300 metros de altura y hay una capa de nieve de dos dedos encima de las motos… Cuatro horas de espera los agentes fronterizos nos dan vía libre y objetivo cumplido, Mongolia!

El “problema” o diversión de circular por estas pistas es que muchas veces vas por una pista que de repente de bifurca en otras 4 pistas, cada una yendo en una dirección. Por tanto ¿cual sigues? Pues no hay mas remedio que sacar la brújula para ver donde esta el éste, ver si la cordillera nevada que estas viendo muy a lo lejos esta en tu mapa, seguir algún poste de comunicación, etc.

Es fácil perderse, como nos paso en un tramo atravesando la parte norte del Gobi. De repente nos encontramos por unas pistas imposibles para circular en coche debido a los surcos y altura de las marcas de rodadura. Ningún coche o todo terreno tienen tal ángulo de ataque o espacio entre el carter y el suelo. También decir que la moto pierde algo de potencia por la altura, al ser motor de carburación. Las pistas son de todo tipo, arenosas, con surcos, pedregosas y lo peor de todo hay infinidad de km donde parece que vas por el tejado ondulado de uralita, donde o bien lo pasas mínimo a 70km/h y no das tiempo a que las ruedas entren o la pasas a 20km/h, muy despacio. En cualquier velocidad intermedia parece que la moto se va a desmontar! De hecho a Manuel se le rompió la parrilla trasera del traqueteo y el dolor de codos y hombros con el que acabas, no es pequeño. Como mucho conseguimos hacer al día 350-400km.

Los paisajes en este país son espectaculares. Tan pronto estas en llanuras con nada alrededor, como te encuentras subiendo o bajando pistas de alguna colina o ves que tienes que vadear un río. Hicimos tres vadeos el más profundo tendría unos 60-70cm. En los poblados que hay por el camino si miras hacia el cielo, aquí no existen las palomas o los gorriones, aquí ves águilas, halcones y buitres, todo tipo de aves rapaces. Incluso ves muchas de ellas en los lados de las pistas que despliegan sus enormes alas y vuelan según te acercas. A lo largo de todo el recorrido en medio de la nada ves los “Ger”, las casas blancas redondas, portátiles de los nómadas, alguna con su parabólica al lado (también aquí ha llegado la tecnología), todas con sus puertas apuntando al sur (para evitar los fríos vientos del norte y así aprovechar mas las horas de luz) y sus rebaños de cabras alrededor.

Aunque no haya carreteras, el alcohol aquí es un problema. En cada parada que haces lo primero que hacen es ofrecerte un trago de vodka. En lo alto de cada colina o cada ciertos kms aparece un “ovoo”, una especie de altar donde has de dar 3 vueltas en el sentido de las agujas del reloj y luego dejar una ofrenda, aunque en algunas por la cantidad de botellas de vodka que había, lo suyo también es echar un trago. De la poca gente que nos encontramos por el camino con aspecto occidental, fue un chaval argentino que se nos quedo mirando en un chiringuito, mientras Manuel decía, “mira aquí el estudiante de intercambio, a este le han enviado para acá y para allá han enviado una cabra”. A los 5 minutos se acerco a la mesa y se presentó, nosotros un tanto avergonzados, y entre otras cosas nos comentó que tal era el consumo de vodka en el país que el gobierno estaba intentando promocionar la cerveza para que la gente dejase el vodka.

El recorrido por Mongolia a través de estas palabras parece fácil, pero es donde mas coches se estropean. De los 480 equipos que toman la salida, solo llega un 60%. Muchos se quedan tirados, otros sin dinero, a otros los roban con o sin arma blanca o de fuego, otros tienen problemas con algún visado en las fronteras, otros sufren algún tipo de accidente que les deja fuera, realmente pasa de todo. Nosotros tuvimos mucha suerte, ningún pinchazo, solo tuvimos un par de caídas cada uno (sin grandes consecuencias) ya en Mongolia y por cansancio mas que por otra cosa. No tuvimos apenas problemas mecánicos (el relé de arranque de Manuel y mi silenciador roto en una de las caídas) cosa por la que estamos muy agradecidos ya que tampoco es que fuésemos unos linces con la mecánica. Cierto es que mimamos mucho las motos a 80-90 km/h todo el rato, sus cambios de aceite, filtros, lubricación de cadena y cables, etc.

Total, que el último día enfilamos, los últimos 400km que nos quedaban y encima sobre asfalto (con agujeros y grietas, pero asfalto), un lujazo, comparado con lo anterior. No veíamos asfalto desde hace 1.447km. Ultima parada para echar gasolina de 80 octanos y comer algo y por fin según bajas una colina al fondo, ya ves Ulan Baator!

Paramos a hacernos unas fotos en el cartel de la cuidad y a poner un mensaje a los Sambori que llegaron el día anterior para que nos esperasen en la meta. Y así fue, ahí en la meta estaban nuestros amigos para aplaudirnos en nuestra llegada, bandera de España en mano, junto con otros tantos equipos de otros países que habían llegado y no se creían como lo podíamos haber conseguido en estas motos.
En la clasificación general (coches, motos y demás) llegamos en el puesto 62 y fuimos los primeros motoristas en atravesar la línea de meta, la otra moto que empezó desde España se quedó tirada pero consiguieron traerla en un camión unos días después, aunque esto es solo anecdótico, ya que lo importante era llegar para poder donar los vehículos y sacar dinero para los chavales del país.

Pues si, lo conseguimos…habiendo empezado esto con un compañero que no conocía de nada y después de 30 días, 10-15 horas encima de la moto cada día pasando sed, hambre, frío, mucho calor, alguna extorsión, caídas, perdida de peso de 8-10kg, quedarnos tirados sin gasolina, etc, puedo decir que acabé esta aventura, junto a un hermano.
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Re: De España a Mongolia en Moto

Notapor Salfumán el Mié Feb 15, 2012 10:24 pm

Muchas gracias por publicar un reportaje de nuestro viaje.
:)
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Re: De España a Mongolia en Moto

Notapor Juan P el Jue Feb 16, 2012 5:32 pm

De nada, pero lo que nos tienes que contar es como va el nuevo proyecto, que os lo vais a pasar pipa este verano :thumbup: :thumbup:
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Re: De España a Mongolia en Moto

Notapor davidmonterey el Mar Ago 21, 2012 10:27 pm

buen relato, muchas gracias por la aportacion, anima a muchos a hacer el rallie aunque sea por lo menos soñar un rato con las experiencias que cuentas...en serio, muchas gracias!!
davidmonterey
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